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El Proceso de Transformación (1/2) (página 2)




Enviado por OMAR PEÑA



Partes: 1, 2, 3

La fe de la publicidad y propaganda se basa en slogan,
lemas, prejuicios, generalizaciones, dogmas y todo tipo de
conceptos asociados al producto u objetivo de turno. Las
palabras, ideas o imágenes por sí solas
producirán pequeños efectos. Sin embargo, si se
juntan aumentará considerablemente su efectividad. Las
palabras son símbolos que representan en la conciencia
individual situaciones específicas de acuerdo al
significado que tengan para el sujeto. De ahí que un
idioma desconocido no produzca reacciones, puesto que las
palabras no tendrían significado para él. Por otra
parte, las imágenes sugieren asociaciones con hechos o
experiencias vividas con anterioridad. También si se
carece de vivencias, no es factible o se dificulta establecer
asociaciones con la realidad.

Por último, un elemento que emplea la publicidad
es la música (radio y televisión) que adormece el
carácter crítico y que conjuntamente a los
símbolos (palabras) e imágenes adecuadas, permiten
favorecer el cambio de conducta que se espera que el individuo
asuma.

  • 2. Efecto subliminal.

La memoria, los sueños, actos fallidos,
funcionamiento autónomo, etc., son aspectos de nuestra
vida cotidiana que nos demuestran la existencia de un
comportamiento paralelo a nuestra conciencia de vigilia: el
subconsciente. El proceso de estos fenómenos naturales nos
es vedado al ser solo conscientes del resultado de ellos. Se sabe
que existe una permanente interacción entre los aspectos
de nuestra mente consciente y subconsciente en ambos sentidos.
También se conoce que el subconsciente recibe
información permanente que no es percibida por la propia
conciencia y sin embargo forma parte de nuestra experiencia
inconsciente que con posterioridad puede tener incidencia en
nuestros actos y pensamientos conscientes.

De la comprensión de lo señalado, puede
deducirse que si se programa y controla la información
percibida por la conciencia y subconsciente sería posible
inducir ciertas motivaciones que pueden estimular al sujeto a
actuar de determinada forma.

Tan solo una palabra escuchada, sin prestar debida
atención, un susurro percibido, una imagen captada con el
rabillo del ojo pueden provocar una reacción de la cual no
estemos conscientes de su origen y manifestarse en los
sueños, actitudes, emociones, etc.

Se han efectuado experiencias de proyección
subliminal, en la cual, se intercalan imágenes no
percibidas por la conciencia, pero sí subconscientemente,
incidiendo en alguna medida en el comportamiento de los sujetos
del experimento. Sin embargo, felizmente la aceptación de
tales "ordenes" se efectúan de igual forma como lo
harían frente a una sugerencia consciente de las
imágenes, pero si existiera una predisposición o
indecisión, el mensaje llegará directamente al
subconsciente activando las motivaciones personales pudiendo
inducir alguna reacción en el sujeto.

  • 3. Efecto somnolencia.

Este estado mental en el cual se encuentra anulada o
disminuida la resistencia consciente, permite actuar en el
comportamiento futuro del sujeto, mediante la sugestión
verbal efectuada a él mientras permanece en este proceso.
El mensaje debe ser emitido en forma de susurro, a fin de no
alcanzar el umbral de la conciencia que haga despertar al sujeto.
Así, la sugerencia impuesta directamente al subconsciente
actuaría como una sugestión posthipnótica,
es decir, tenga influencia con posterioridad al despertar el
sujeto. Sería posible, entonces, efectuar adecuadas
sugestiones que contribuyan a mejorar los hábitos de los
niños, induciendo comportamientos deseables, desarrollar
la personalidad y seguridad en sí mismo, etc.

El cansancio y la enfermedad originan un desgaste
nervioso que disminuye las resistencias de la conciencia
aumentando el grado de sugestibilidad del individuo,
haciéndolo más permeable a las sugestiones
impuestas directamente en el subconsciente.

También las tensiones físicas y
psicológicas prolongadas, pueden producir un efecto de
"lavado de cerebro" o lo sucedido en las contiendas mundiales,
conocida como "fatiga de combate". En estas situaciones el
individuo se encuentra sometido a un deterioro de su
personalidad, de sus capacidades críticas, de la
razón y de una incapacidad para adaptarse al medio
(sociedad).

  • 4. Efecto hábito.

Una respuesta constante obtenida por la
repetición continua de un estímulo es un proceso
que origina los denominados reflejos condicionados. De ahí
que, en la formación de hábitos juegan un papel
esencial estos reflejos. En este estado se reduce la
participación de la conciencia y esto es así, para
poder desarrollarnos al ir acumulando nuevas experiencias que
vayan forjando nuestra personalidad y carácter. Mediante
la repetición de estímulos generadores de
hábitos, se facilita el aprendizaje al orientar nuestra
conciencia hacia otros estímulos que requieran mayor
atención.

Dado que una de las características de los
hábitos es la de que por inercia perduran debido a la
facilidad de su ejecución con poca participación de
la conciencia, W. James aconsejaba romper los hábitos (los
malos) bruscamente; en otras palabras, hacerse consciente del
problema, reflexionar sobre las cosas malas de seguir con
él y de las buenas una vez liberado de tal
hábito.

Al examinar nuestro diario vivir, comprobamos que en
realidad las actividades desarrolladas son un cúmulo de
hábitos físicos y psíquicos desde que nos
levantamos e incluso cuando dormimos. De ahí que, es
necesario analizar nuestros hábitos con el
propósito de adquirir nuevos y modificar, mejorar o
eliminar aquellos perjudiciales.

La formación de hábitos se adquiere
mediante la repetición continua de actividades, de manera
similar a como aprendemos a hablar, leer, caminar, comer,
vestirse, asearse, escribir, pensar, etc., de tal modo, que se
transformen en actividades automáticas, es decir, sin la
participación de una percepción consciente, sino
que solo se es consciente del resultado de estas acciones. Como
se comprenderá, el mecanismo del hábito es una
bendición para nosotros, puesto que nos permite facilitar
y efectuar infinidad de tareas sin estar plenamente absortos de
ellas. Pareciera que la conciencia actúa como una "unidad
generadora de hábitos" que delega su accionar a otro
compartimento de ella: el subconsciente. Si la conciencia
permaneciera siempre atenta a los estímulos, entonces
comenzaría a cometer errores de automatismo. Así,
por ejemplo, si se escribe a máquina y se presta
atención concentrada en las teclas que deben pulsarse,
entonces disminuirá la velocidad de
impresión.

Felizmente, gracias a la inteligencia humana y capacidad
de observación, pueden los hombres a aprender a cambiar
sus hábitos. Sin embargo, es necesario que exista una
verdadera motivación o incentivo a buscar una respuesta
adecuada. De ahí que, una forma de terminar con un mal
hábito sea reemplazándolo por otro menos
perjudicial, dificultando el desarrollo de él, o por
último hacerlo completamente imposible.

Hemos visto la facilidad de adquirir hábitos. Sin
embargo, la repetición por sí sola, no
perfeccionará el hábito; entonces, es fundamental
aprenderlos bien desde el inicio y prestar toda la
atención consciente en este punto.

Respecto de los reflejos condicionados aplicados a
nuestras ideas y pensamientos, podemos decir, que normalmente el
individuo, por efecto de los hábitos de pensamiento,
adquiere una estructura condicionada de ideas similares en el
tiempo. El psicoanalista Paul Bergman decía: "nadie tiene
más de una idea seminal en su vida y que todo lo que una
persona escriba, no son más que aclaraciones del mismo
tema". Por mi parte, comparto esta idea.

El hábito, en sí, es un proceso repetitivo
en el cual participa, en primer lugar, la atención
consciente, estableciéndose un sistema de asociaciones y
programaciones mentales conscientes y/o inconscientes entre los
estímulos y las respuestas. Tal proceso, se transforma en
un acto reflejo (condicionado) en el momento en que el sujeto se
libera de la percepción y programación consciente
del hábito, el cual se desarrolla con destreza, sin tener
que atender, ni pensar en él.

Conocido es el experimento de Pavlov, sobre los reflejos
condicionados en animales. Un perro se adiestra para responder
con su salivación ante una luz encendida, asociada al
alimento que se le proporciona. El reflejo se establece con tal
firmeza que, sin la presencia del estímulo del alimento,
pero sí de la luz, se produce en el animal una
salivación automática. De ahí que, si se
establece una asociación mental adecuada mediante
símbolos (palabras) e imágenes, se creará
una respuesta predeterminada ante la aparición de tales
estímulos.

Tercer paso:
¿a dónde voy?

Explorar el universo de la conciencia, llegará a
ser quizá la más fascinante de las aventuras
jamás realizadas por usted. Acompáñenos en
este maravilloso mundo en que una nueva visión de la
realidad se incorporará a su experiencia. Tomará
conciencia que siempre ha sido así, y desde ese instante,
sufrirá una transformación positiva,
comprenderá el valor de la verdad, comenzará a
adquirir buena salud, pondrá en acción ideas e
inteligencia creativa, sentirá amor hacia sí mismo,
sus semejantes y en fin, hacia toda la naturaleza. Se
sorprenderá de este nuevo (antiguo) conocimiento, que
siempre ha estado presente y esperando ser descubierto, por aquel
que busque con esperanza y sinceridad. A medida que vaya
interiorizándose de los alcances de la conciencia, y a
través del proceso permanente hacia el desarrollo del Ser,
llegará a comprender lo que verdaderamente el hombre es,
alterando su percepción de la realidad y conjuntamente
disponer de libertad de elegir su propio destino.

Este enfoque y entendimiento del significado del rol del
hombre en la historia de la humanidad, puede motivar un cambio en
la estructura de su pensamiento y actuación que lo lleven
a la adquisición y aceptación de nuevos conceptos,
lenguaje y actitudes, que le permitan guiar por el camino
correcto, reconocer la verdad, alcanzar la plenitud de la vida,
transformar al individuo y convertirlo en una nueva
persona.

Sin embargo, nada de esto se obtendrá, si no se
produce un renacimiento espiritual, una renuncia de viejos
preceptos, dogmas y prejuicios que atentan contra la propia
conciencia del hombre. Se debe recordar que el individuo ha sido
y es, el mayor enemigo de sí mismo y de su propia
humanidad. Ha establecido una sociedad basada en principios
limitantes a su creatividad y desarrollo de su conciencia:
avaricia y envidia de la propiedad privada; idolatría del
hombre por sí mismo; por los bienes que posee; por las
instituciones a que pertenece; por los símbolos que
venera; por las cosas que ama.

Seguir la vía del desarrollo de la conciencia
puede parecer simple a su comprensión, pero el esfuerzo
permanente que debe desplegarse en mantener inalterable esta ruta
significará, en principio, enfrentarse a serios
obstáculos que debieran salvarse para acceder a la
libertad de los poderes internos del hombre.

Existe una serie de impedimentos que obstaculizan el
grado de libertad de la conciencia individual que suelen alterar,
modificar o suprimir la búsqueda del conocimiento de la
naturaleza de la vida.

Si bien estos obstáculos pueden ser internos o
externos a la persona, liberarse de ellos implicará
efectuar una acción orientada hacia:

  • Prescindir de toda forma e instrumentos
    de carácter simbólico.

  • Suspender toda actividad de
    "programación de actividades".

  • Liberarse de toda necesidad de
    búsqueda de objetivos.

Paralelamente el individuo debe mantener y
alentar un sentido de:

  • Fe y esperanza

  • Calma frente al temor

  • Amor al prójimo como a sí
    mismo

  • Unión fraterna entre
    opositores

Ahora bien, si el hombre no logra liberarse de las
opresiones externas e internas a él, su destino va
encaminado directamente hacia la destrucción de sí
mismo y por ende de la sociedad a que pertenece,
reflejándose esto en una masificación del odio, la
mentira, envidia, oposiciones, incomprensión, falta de
comunicación y paralización de su potencialidad
creadora. Todo esto nos lleva a seguir el camino de la
trascendencia de las necesidades.

Trascendencia de las Necesidades.

Desde sus orígenes, el hombre fue descubriendo su
papel activo frente a la naturaleza. A través de la prueba
y error, fue experimentando el proceso de aprendizaje asociativo,
pudiendo con ello "crear" condiciones que favorecieran su
supervivencia. En el aprendizaje asociativo (conciencia
asociativa) juega un rol importante los símbolos e
ídolos. Erich Fromm comenta:

"si el ídolo es la manifestación alienada
de los propios poderes del hombre, y si el modo que está
en contacto con estos poderes es una adhesión sumisa al
ídolo, se sugue, que la idolatría es necesariamente
incompatible con la libertad y la independencia".

Así podemos ver que, liberarse de este estado de
conciencia, de adoración de ídolos, suele producir
una especie de temor e inseguridad de sentirse el individuo sin
un medio al cual aferrarse por su fe idolizada y carecer de fe en
sí mismo, otorgándole toda la responsabilidad al
objeto de su adoración. Entonces, cada vez profundiza la
sumisión sl ídolo, hasta el punto que, si es
separado de él, se siente vacío como si hubiese
perdido una parte de su yo, inhibiendo así sus
potencialidades creativas. Este es el caso de aquellos
niños sobreprotegidos por sus padres, a los cuales no se
les da la oportunidad de enfrentarse a los problemas de la vida
cotidiana que permita fortalecer su voluntad y seguridad en
sí mismo. No es eliminando los factores adversos lo que
hará del niño un hombre, sino que lanzándolo
a "nadar" en la escuela de la vida será lo que
acrecentará su estima y confianza para llevarlo a ser
arquitecto de su propio destino.

Con el tiempo, el hombre aumentó su capacidad de
operar en su medio, pasando de un pensamiento estático a
uno dinámico mediante la incorporación del
aprendizaje programado, situación que lo impulsó a
diversificar sus actividades en todos los ámbitos del
acontecer humano (sociales, políticos, culturales,
económicos, científicos, laborales,
etc.).

Definido un objetivo que satisfaga una necesidad, el
individuo nuevamente se encuentra sometido a un proceso limitante
a su creatividad, al establecerse pautas rígidas de
comportamiento en el tiempo, siendo la creatividad una actividad
espontánea y de permanentes cambios de conducta. Por otra
parte, estar bajo la acción de un programa, produce en
alguna medida cierto grado de tensión, limitante
éste del proceso creador, el que requiere de una cuota de
relajación físico-mental.

El hombre al efectuar actividades, de cualquier
índole, necesita comprender el medio en que se producen
tales actos, de modo de establecer una relación
objetiva-subjetiva de sus percepciones, pensamientos y acciones
en este sistema cerrado. Requiere establecer puntos de referencia
que le permitan distinguir y separar los elementos insertos en la
actividad mediante pautas de asociación mental. El
aprendizaje que resulta del proceso asociativo, contribuye a
mejorar y comprender los procesos de la memoria y del
olvido.

Por otra parte, cabe decir que, el concepto de
asociatividad ha tenido una profunda influencia en la conducta
del hombre, desde la más temprana edad en la historia de
la humanidad. La conciencia de asociación, permitió
al hombre levantar al mundo hacia una comprensión de los
fenómenos del entorno, contribuyendo con ello, a la
supervivencia del mismo. Este aspecto positivo se contrapone a
los factores negativos que implica el considerar la conciencia
asociativa como un elemento adverso al desarrollo del Ser por los
procesos que involucra: simbología, idolatría,
conciencia autoritaria, sugestión negativa y otros
elementos que actúan en contraposición a la
libertad de conciencia, perdiendo el individuo su independencia,
sintiéndose (en conciencia interior) aplastado y sujeto al
yugo de esos factores inhibidores del comportamiento
individual.

La introducción de la programación de
actividades del individuo y la integración de sistemas de
procesamiento de datos, lleva al hombre hacia un "progreso
ilimitado" en continua expansión. Frente a estos
mecanismos, el individuo en conciencia de programación
percibe la realidad como un sistema de etapas sucesivas y
permanentes, basado en los principios de causalidad, en donde
obtener una meta (efecto) requiere efectuar previamente procesos
continuos incorporando elementos, agentes de tal
actividad.

Igual que en los procesos asociativos, la conciencia de
programación puede enfocarse en forma positiva y
negativa.

Actualmente no se concibe realizar actividad alguna sin
incorporar la visión de programación
sistemática. Más aún, la conciencia de
programación dio origen a la propia programación,
al método científico, enfoque de sistemas y a
diversos aspectos de la producción, educación,
cultura, política, etc., situación que
facilitó el desarrollo de éstas.

A su vez, lo negativo se refleja en la aceptación
(sumisa) de un esquema de acción, que limita la
liberación de conciencia, dado que integrarse en la
programación involucra disponer de factores de
restricción (entropía), tales como, la necesidad de
disponer de elementos de entrada, adquirir conocimientos de los
procesos, requerir de tiempo, de controles y del acto mismo de
programar, etc.

El hombre solo puede obtener la libertad e independencia
de su conciencia al abandonar los factores limitantes al
desarrollo de su conciencia interior, lo cual requiere de un
proceso de purificación de sí mismo: desechar todo
elemento asociativo, dejar (y creer) que su propia conciencia le
señalará el camino correcto a seguir (ella
sabrá cómo hacerlo) y, por último, buscar un
estado meditativo de "vacío mental".

Se sostiene que, de una u otra forma, el conocimiento
atenta contra el propio conocimiento y que la ignorancia es una
fuente de sabiduría.

El mundo de la ignorancia,

comprende, tanto,

al que ignora lo que sabe,

al que sabe lo que ignora,

al ignorante que nada sabe,

y al sabio que todo ignora.

Además, se han efectuado experiencias que
demuestran que, bajo ciertas condiciones psicológicas, la
mente se comporta de otras formas, aumentando las potencialidades
del individuo hasta situaciones no totalmente dilucidadas, como
por ejemplo, los fenómenos PSI. Más aún, se
reconoce que estos comportamientos se dan en situaciones normales
percibidas generalmente como coincidencias (sincronicidad).
Liberarse de la conciencia asociativa y programación,
parecieran ser factores imprescindibles para que emerjan tales
facultades mentales. Es como si la conciencia quedara libre de
elementos disociadores de la energía mental pàra
dejar paso a la percepción y emisión de
señales (conscientes o inconscientes) generadoras de los
procesos creativos del universo.

Toda la educación del individuo ha estado y
está basada en los procesos asociativos y de
programación de la conciencia. Los test de inteligencia y
pruebas de selección, aprovechan estos sistemas de
aprendizaje.

La solución de problemas puede ir más
allá de los procesos asociativos y de programación
de la conciencia y resolverse sin la intervención directa
de ellos, dado que, en alguna medida, interfieren al desarrollo
de la conciencia creativa del Ser. Es necesario comprender, que
existen otros medios, tan buenos o mejores aún, que los
conocidos y empleados en la solución de problemas,
debiendo aprender a manejar y "controlar" estos mecanismos,
integrándolos al campo de su conciencia.

La conciencia es, sin duda, el mayor de los
conocimientos que debe enfrentar la ciencia en el momento
presente, tratando de comprender su acción en los sucesos
de la vida, para intentar "despertar" voluntariamente el proceso
de la creación.

De todas las acciones detalladas anteriormente,
quizá la más difícil de alcanzar sea la de
liberarse de las necesidades y su correspondiente
satisfacción.

Maslow, en su teoría de las necesidades humanas
estableció un sistema de jerarquía de las
necesidades, debiendo el individuo satisfacer aquellas
necesidades de escala inferior antes de acceder a las de mayor
nivel. En otras palabras, debe irse liberando paulatinamente de
las necesidades hasta llegar a la cumbre de realización de
sí mismo (autorrealización).

El desarrollo y satisfacción de las necesidades
es un campo propicio para el crecimiento, ejercitación y
evolución de los estados de conciencia. Entonces, desde
este punto de vista, las necesidades cumplen el rol fundamental
de establecer en el individuo un aprendizaje, crecimiento y
desarrollo de los estados de conciencia que le permitan, con el
tiempo, lograr la plena iluminación. De ahí que, es
necesario e imprescindible que el individuo (o sociedad) vayan
satisfaciendo todas sus necesidades, como requisito de la
evolución de la conciencia.

El desarrollo del hombre pasa principalmente por el
desarrollo de la conciencia del mismo, que le permita enfrentar y
resolver los diversos problemas que atentan en contra de
él. Esto es así, y ha sido así, desde los
orígenes de la civilización.

La historia de la humanidad no podría explicarse
sin integrar la satisfacción de necesidades que motivan
las actividades del hombre hacia el desarrollo de la
civilización. Maslow, distingue dos grupos de necesidades:
necesidades de deficiencia y de crecimiento.

Las necesidades de deficiencia comprenden las
necesidades fisiológicas, de seguridad, de amor y
pertenencia y las necesidades de atención.

Por su parte las necesidades de crecimiento
contemplan las necesidades de: totalidad, perfección,
cumplimiento, justicia, vida, simplicidad, belleza, bondad,
singularidad, facilidad, juego, verdad, modestia. Sobre todas
ellas, se encuentra finalmente, para Maslow, la necesidad de
"autorrealización".

El incremento de la población ha llevado a una
virtual masificación de las necesidades, en la
producción, consumo, información, comunicaciones,
etc. La vertiginosa evolución de las necesidades, desde
las micro a las macro-necesidades, ha contribuido a que surjan
nuevos problemas. El hombre empieza a tomar conciencia de
hacia dónde lo puede llevar esta carrera,
al percibir el daño que está causando en su propio
hábitat, que lo llevarán seguramente a la
destrucción de sí mismo: contaminación,
radiación atómica, dependencia económica,
social y política, etc.

Como puede observarse, el individuo tiende a desaparecer
en este macro-sistema, pierde su individualidad y pasa a
transformarse en un simple dato o número, infinitamente
pequeño para influenciar las decisiones que directa o
indirectamente le afectan en su comportamiento en la sociedad que
pertenece. De ahí que, cuando el sujeto comienza a
liberarse de la sumisión a las necesidades, siente que ha
recuperado su verdadero yo y empieza a regir con libertad e
independencia su propia conciencia, no estando ya sometido a la
"programación del sistema", adquiriendo así, un
sentido creador de su propio camino.

El no tener necesidades significa que el individuo
está libre de temores y preocupaciones por su pasado y
futuro. Para él, vivir correctamente el presente, de la
forma más productiva, es la característica que
enmarca su comportamiento habitual.

Toda necesidad, de por sí, produce una corriente
de pensamientos tendientes hacia la satisfacción de ella.
Esto se traduce en un grado de tensión e intranquilidad
que atenta contra cualquier proceso creativo. De ahí que,
la liberación de necesidades es un factor
psicológico que propicia y coadyuva a la actividad
creadora.

La satisfacción de las necesidades provoca,
simultáneamente un estado relajado, pareciendo ser
éste el único camino para liberarse de las
tensiones impuestas en la sociedad. Esta ha sido la
educación recibida en nuestro medio: frente a una
necesidad, fijar un objetivo y preparar un plan para
satisfacerla.

Sin embargo, existe otra vía para obtener la
ansiada libertad de conciencia y es, justamente, liberarse de la
propia necesidad. Este proceso provoca un estado de
relajación permanente frente al estado de
relajación transitorio que ocurre al satisfacer las
necesidades mediante el método de programación de
metas.

En resumen, podemos obtener la relajación
físico-mental mediante dos procesos de
participación de la conciencia ante las
necesidades:

  • satisfacer la necesidad mediante un plan

  • liberarse de la necesidad

Nuestra educación (occidental) ha sido orientada
al primer tipo; no así la cultura oriental, en donde prima
el segundo medio.

Para terminar, diremos que el sistema de vida occidental
produce un alto grado de tensión físico-mental que
dificulta en extremo lograr un estado relajado, necesario para el
funcionamiento óptimo del individuo. Hace su
aparición el estrés, en donde el sujeto está
sometido a un exceso de presiones físicas o
psicológicas en un período limitado de tiempo,
dañando por consiguiente su salud.

Cuarto paso:
¿la liberación de la técnica, conduce al
desarrollo?

Existen múltiples formas de efectuar una
actividad. Sin embargo, todas y cada una de ellas requiere de la
ejecución de métodos y procedimientos que
contribuyan a mejorar el trabajo realizado, mediante una
técnica adecuada a esa actividad. De ahí que, la
técnica es un medio para facilitar la comprensión y
aplicación de procesos en una determinada actividad.
Clement Stone señala:

"El conocimiento consiste en saber algo. La habilidad
consiste en saber hacerlo. El conocimiento es información.
La habilidad es técnica. El conocimiento se adquiere en
cualquier parte y en todas partes. Puede adquirirse de los
libros, de las personas, cosas, sucesos, la historia, la
observación casual. Pero, para que sea útil, ha de
ser organizado. Uno debe saber lo que sabe. La habilidad es la
cualidad que le permite hacer algo a voluntad, con destreza,
eficacia y al mismo tiempo y esfuerzo. La habilidad siempre
consigue hacer aquello que se propone. La habilidad permite
realizar las cosas cuando otros aún siguen
preguntándose si es posible hacerlo. La habilidad
permitió construir las pirámides de Egipto y las
grandes catedrales de Europa, cruzar en avión el
Atlántico y desintegrar el átomo, dominar la
electricidad y llevar al ser humano a la Luna. Y puede
proporcionarle el éxito que usted busca.
¿Cómo la consigue? No la consigue…la
acumula. Mediante la repetición, la experiencia, la
acción, usted obtiene esa habilidad. Cuando la tenga, lo
sabrá…y conocerá su poder."

La técnica fuera de facilitar las tareas y ayudar
al éxito de las mismas, mediante la sistematización
de los procedimientos, tiene también como finalidad
liberar a la imaginación, creatividad e inteligencia del
esfuerzo y tiempo que significaría efectuar una actividad
intelectual o física al carecer de orden y método
en la ejecución de ellas. Por esto, la técnica
siempre debe, en alguna medida, estar presente en todos los
ámbitos de la ciencia, arte, educación, salud, etc.
Todas las creaciones del hombre, son el fruto de la
aplicación de alguna técnica específica y es
lo que le da supremacía al hombre sobre el resto de los
seres vivos.

Por otra parte, la utilización continua de una
técnica, contribuye a la formación del
hábito y experiencia en ella, permitiendo bajo el efecto
de la ley de asociatividad, emplearla en la resolución de
problemas similares.

Conocidos los instrumentos utilizados para la
solución de problemas y el desarrollo psicológico,
cabe hacerse la pregunta de si el individuo puede o no vivir
eficazmente sin estar sometido a un esquema rígido de una
técnica específica.

Dado que médicamente se ha constatado que, "en el
proceso de curación…la "moral" vale tanto para las
enfermedades del cuerpo como para las de la mente. Más
allá de las fórmulas técnicas y de los
efectos específicos de tal o cual método, las
autoterapias sin duda deben una parte no despreciable de su
eficacia a ese papel de la moral (por no decir de la creencia o
de la fe) en el proceso de curación".

Esto parece indicar que los principios y valores morales
tienen la propiedad de activar procesos y mecanismos
inconscientes que provocan cambios importantes del comportamiento
del individuo sin mediar en ello técnica alguna de
alteración de la conciencia. De ahí surge la
interrogante ¿La liberación de la técnica,
conduce al desarrollo? Responder esta pregunta nos lleva al
siguiente capítulo que analiza el rol de los medios de
autonomía en el proceso de la vida. Pero antes diremos que
adquirir la verdad y sabiduría no requiere de elementos
externos, sino que la fuente de "información como
ésta existe en el espacio en todo momento, y su realidad
no necesita de libros. Está siempre en tu interior". Por
esto, el Maestro de la conciencia no busca "intención
alguna de propulsar o forzar a nadie a hacer nada en absoluto".
Con ello el Maestro intenta que el individuo logre la plena
libertad de expresión del sí mismo
proporcionándole, más que reglas de comportamiento,
una forma de vida de transformación interior.

Así nos aproximamos al pensamiento de Morris
Berman sobre la visión de Bateson del Aprendizaje
III,

El "despertar al éxtasis", o el sentido de
fusión con una "vasta ecología". Si bien, Bateson
no aboga explícitamente por la meditación, el yoga,
la alquimia, que permitan la percepción real de la
fusión sujeto/objeto, del mundo como algo completamente
vivo y sensual, todas estas prácticas, ya sean las
técnicas de meditación, la respiración
prolongada, los cánticos, sirven para reducir el "input"
sensorial externo, de modo que la conciencia de ego comienza a
considerarse a ella misma como su propio objeto de escrutinio. El
individuo pierde su sentido de realidad, lo que puede derivar en
temor por la disolución del ego. De ahí, el papel
del guía, que acompaña al novicio a traspasar la
brecha entre lo consciente e inconsciente con la sensación
de estar inundado o transportado por un océano de
realización deifica. Esta percepción es vivenciada
como una inmensa claridad, un súbito despertar a lo que se
siente que es completamente real. Si el proceso tiene
éxito, el discípulo que llega al Aprendizaje III
seguirá experimentando una brecha entre consciente e
inconsciente, pero ahora sin temor o éxtasis. La
última percepción después de esta
experiencia, es la sensación de surgir por primera vez de
la oscuridad, de saber ahora se está verdaderamente
consciente y de cuán errada y limitada era la "conciencia"
previa.

Quinto paso:
¿quién soy?

¿Quién soy? Normalmente se ha contestado
esta pregunta en sentido de lo que hemos sido en el pasado y que
creíamos saber de nosotros, y puesto que no sabemos
realmente lo que somos, y sin embargo vislumbramos las
capacidades internas que poseemos, podemos al fin, decir que en
verdad "somos lo que llegaremos a ser". Desde este punto de
vista, la vida sería un proceso orientado a descubrir lo
que somos. Entonces estamos permanentemente en un "proceso de
ser" que va reflejándose en nuestras actitudes,
percepciones y pensamientos que tenemos respecto de nosotros
mismos, de nuestros semejantes y en fin del entorno al que
pertenecemos. Más que conocer las características
del "maestro de la vida", vivir con y en ellas, es el camino del
Ser, un proceso vivencial continuo orientado a ese fin, hacia su
verdadera naturaleza interior que irá emergiendo durante
la búsqueda de sí mismo.

La meta de llegar a desarrollar las
características del "maestro", puede significar un gran
esfuerzo de concentración y trabajo por parte del
individuo. Sin embargo, una vez que esté en
posesión de estas potencialidades, no requiere ya de
atención alguna, manifestándose habitualmente en el
comportamiento del sujeto. Forman parte de él mismo.
Están integradas a su organismo como un todo y por lo
tanto viven y actúan en él. Se reflejan en su
actitud, en la verdad y amor que desprende, en la calma que
exhibe, en su inteligencia y creatividad, en su optimismo y
esperanza, y, por último, en pocas palabras se refleja y
percibe como un "maestro de la vida".

Se reconoce que, el individuo por sí mismo debe
lograr su propio desarrollo personal, intentar comprender los
medios e instrumentos para buscar la maestría.
Benjamín Franklin para adquirir las virtudes (templanza,
silencio, orden, resolución, frugalidad, laboriosidad,
sinceridad, justicia, moderación, pulcritud, tranquilidad,
castidad y humildad), comenzaba de una en una hasta convertirla
en hábito antes de pasar a la siguiente.

Llegar a ser una persona íntegra debiera ser la
meta de desarrollo permanente del individuo normal. Si
éste es su proyecto de vida, es necesario, en primer
lugar, estudiar, conocer y aplicar los principios y valores de la
"maestría", que lo lleven virtualmente hacia una
formación de conciencia de maestro.

Comprender esto, pasa por esclarecer las siguientes
interrogantes:

  • ¿qué es un maestro?

  • ¿qué piensa un maestro?

  • ¿qué hace un maestro?

Se dice que un maestro debiera tener las cualidades de
investigador, orientador y líder. Esto pareciera entonces,
que fuera un poco inalcanzable para la mayoría. Sin
embargo, el ser maestro no significa necesariamente poseer un
extenso currículum, o pertenecer a una institución
prestigiosa, o un grupo social específico, o que preste
atención sólo a su intelectualidad, o mantener
subordinados en situaciones estáticas o pasivas. La
maestría se refleja más bien en una actitud
integral del maestro. De ahí que se dice, "por sus obras,
los conoceréis", o también, "es consecuente con lo
que piensa".

La percepción de lo que es un maestro y de las
características que deben adoptarse a ese carácter,
puede no ser suficiente y determinante para lograr esa meta, dado
que el individuo pudiese no tener el sentido de pertenencia de
tales cualidades. De ahí que, para desarrollar este
sentido deberá modificar la propia imagen de sí
mismo. Para ello es necesario y suficiente con creer, pensar
y sentirse
permanentemente en las características del
maestro.

La Biblia señala: "la fe sin obras está
muerta". La sabiduría de esta sentencia indica la
importancia de la actuación de las personas. Hay que
considerar que detrás de una acción, existe un
motivo que orienta la elección de la respuesta a seguir.
Por otra parte, la actuación del maestro está
motivada por el sentimiento que experimenta cada uno de los
aspectos que encierra el concepto de "maestro". Los sentimientos
están referidos a la verdad, el amor y la
esperanza.
Así, tenemos que un investigador,
básicamente busca la verdad; un orientador, debe
dar suficiente amor y entrega de sí mismo a sus educandos;
por último, el líder, debe motivar a sus seguidores
y nutrirlos de esperanza de alcanzar sus metas.

A esta altura, usted ya sabe o intuye lo que
es
, lo que piensa y lo que hace un
maestro. Definir y detallar las características del Ser y
la forma de vida que debe llevar, puede darle la
comprensión de una desidentificación con sus
propias cualidades y estilo personal de vivir. Sin embargo,
reconociendo la hipótesis de que el hombre "es un proceso"
y que aún no está terminado, sino que se encuentra
en estado de desarrollo evolutivo, permite rememorar las
características del "auténtico ser humano" como las
describen en las obras de: E. Fromm en ¿Tener o Ser? (el
hombre nuevo), A. Maslow en El Hombre Autorrealizado (el ser
humano autorrealizado) y C. Rogers en El Camino del Ser (la
persona del mañana).

Desarrollo Integral del maestro

Ahora bien, todo el proceso de desarrollo personal se
manifiesta mediante una transformación integral y
paulatina del comportamiento individual en todos los
ámbitos de su vida personal y social:

  • Desarrollo moral: Rol de la verdad y el
    amor.

  • Desarrollo psico-físico: Rol de la
    relajación física y mental.

  • Desarrollo intelectual: Rol de la atención,
    del silencio y la memoria.

  • Desarrollo emocional: Rol del optimismo, la
    esperanza y el humor.

  • Desarrollo conductual: Rol de la voluntad, la
    independencia y motivación.

Llegar a desarrollar cada uno de estos aspectos,
requiere de un proceso continuo de mantener una rígida
autodisciplina, en el sentido de no desviarse del camino a
seguir. Demás está decir, que durante las
actividades cotidianas se presentarán numerosos agentes
que intenten alterar el crecimiento personal: mentira, odio,
tensión, distracción, ruido, olvido, pesimismo,
temor, mal humor, pereza, dependencia, desmotivación,
etc., factores todos que dificultan y disminuyen la eficiencia de
las tareas desarrolladas por el sujeto. En innumerables ocasiones
se intenta seguir estos caminos erróneos. Sin embargo,
para lograr un desarrollo integral (maestría), es
necesario liberarse de estos factores, que de por sí,
niegan y obstaculizan la emergencia del Ser interior.

Desarrollo moral

Nadie puede negar la fuerza que emana de un individuo
cuyo comportamiento se basa y rige por un profundo sentido moral.
Para él, la verdad está sobre "su verdad". De
ahí que es un agente de hondo carácter de justicia.
Sin embargo, seguir la verdad no es para obtener justicia, aunque
ésta necesariamente se da con aquella. La verdad se busca
porque existe primordialmente un principio o valor moral que la
sustenta. Nos referimos al amor al prójimo. Aquí se
percibe al prójimo en su sentido más amplio y no en
el restringido a los amigos, parientes, conocidos, etc., que
establecen una distinción parcial del
prójimo.

Verdad: El organismo del individuo responde
(consciente o inconscientemente) y acepta las propias
aseveraciones (verbales o mentales) como hechos reales teniendo
tendencia a que se cumplan efectivamente en algún momento.
De ahí, que se dice, que llevamos en nuestro interior un
"profeta", que hace de nuestros pensamientos una "profecía
auto-cumplida".

Es imprescindible adoptar permanentemente la verdad,
dado que ésta se materializa tanto en el aspecto externo
como interno del individuo. Así, la verdad
externa
se manifiesta en la predisposición positiva
hacia los individuos emisores de la verdad por la
percepción consciente de elementos que la sustentan
(tranquilidad, conocimiento, experiencia anterior, lenguaje,
etc.) y además una percepción inconsciente (gestos,
posturas, vocabulario, actos fallidos, etc.). En cambio, la
verdad interna se materializa en el desarrollo de
actividades de carácter parapsicológico. El
inconsciente del individuo (asiento de estas facultades) "sabe"
que los pensamientos son verdades y, por lo tanto, los transforma
en realidades con ayuda de efectos de sincronicidad,
telepáticos, precognición, clarividencia, etc.
También contribuye a acelerar los procesos curativos
(psicoquinesia). De ahí que es fundamental permanecer en
todo momento en la verdad, dado, que si no es así, puede
producirse y seguramente se producirá lo que se conoce
como "error o fallo del PSI" en donde la mente (inconsciente)
actúa en sentido inverso a lo que pretendamos, en contra
de nuestras propias necesidades. Por lo tanto, una forma, la
mejor de salvaguardarse de este problema es, Ser y vivir en la
verdad. Recordemos lo que sostenía W. james, "nada de lo
que hacemos, hablando en estricta exactitud científica,
habrá de borrarse nunca".

Amor: El amor, más que un proceso externo,
tiene la característica de ser profundamente interno. El
amor el individuo lo vive en su interior como una acción
de dar antes que recibir, aunque no se materialice
físicamente éste. El amor se entrega
desinteresadamente y por lo tanto es permanente. No está
limitado por factores del mundo físico,
presentándose y conservándose en el espacio y el
tiempo. La cercanía o lejanía del "objeto" de amor
no incrementa o aminora el grado de amor que le
proporcionemos.

El amor puede orientarse hacia lo divino y/o lo
humano.

  • Amor a lo Divino: Uno de los rasgos sublimes
    del amor en su más pura esencia es el amor hacia la
    divinidad. Es relativamente fácil llegar a amar a
    alguien que estimule a nuestros sentidos con su presencia
    física (dependencia sensorial). Amar a la divinidad,
    requiere de un sentido de independencia de estímulos
    sensoriales, lo que permite al individuo estar en presencia
    de la pureza de amor, sin restricción alguna de orden
    material que dificulte la comunicación espiritual con
    la divinidad mediante la oración.

Toda acción de amor se deriva del amor a lo
divino, origen de la creación. Un pensamiento tiene mayor
energía mientras mayor sea su pureza (coherencia). El amor
a lo divino es un acto de fe. El pensamiento, al igual que
cualquier fuente de energía se desplaza mejor cuando no
hay resistencia en el medio y esto ocurre en situaciones de
pureza de los elementos.

  • Amor a lo humano: Este tipo de amor
    está orientado hacia dos formas. Si bien se presentan
    separados, para fines descriptivos no es factible desligarlos
    como entidades distintas. Suele confundirse al amor con el
    egoísmo, sin embargo, no es así. Más
    bien el amor se relaciona con la justicia o sentido de
    imparcialidad. De ahí que, la sentencia "amar al
    prójimo como a sí mismo", denota establecer un
    justo equilibrio entre la confrontación del amor ajeno
    y el propio.

  • Auto-amor: Amarse a sí mismo, es un
    proceso dinámico que lleva intrínsicamente la
    naturaleza humana del instinto de preservación de la
    vida del individuo. Éste buscará su desarrollo
    y perfeccionamiento en todos los niveles de actividad:
    física, moral, intelectual, emocional, social, etc. El
    éxito, cualquiera sea su meta, se inicia con la
    condición previa de sentirnos apreciados por nosotros
    mismos. Si estamos enfermos, amando nuestra salud, nos
    llevará hacia ella; si olvidamos algo, amar nuestra
    memoria, atraerá el recuerdo; si tenemos dudas, amando
    nuestra inteligencia responderemos creativamente; si deseamos
    orientación, el amor de nuestra intuición, nos
    dará dirección y si sentimos y obramos con amor
    hacia nosotros mismos, este amor nos dará
    protección.

  • Hetero-amor: El desarrollo y evolución
    del individuo se asemeja al concepto de instinto de
    conservación de la especie. Esta situación se
    produce en la interacción entre los individuos
    masculino y femenino por la acción del amor
    físico hacia el prójimo, contribuyendo a la
    perpetuación de la especie, debido a la
    atracción sexual entre ambos.

Las relaciones de amistad reflejan la conducta que debe
seguir el individuo para adquirir y conservar la amistad
proyectando en ella el amor hacia el prójimo. Existen
algunas sencillas reglas que favorecen el afianzamiento de la
amistad: como acercarse lentamente hacia la amistad, mezclando
aprecio y afecto con un mínimo de crítica; hacer
sentirse cómodo con uno al no tomar dominio en la
conversación; recordar las relaciones y cosas importantes
para los otros, como sus hábitos, opiniones, etc.; evitar
hacerlo sentir inferior dejando que ellos corrijan sus propios
errores; por último, recordando que todos somos
diferentes, manifestarle un sincero aprecio, pensando, ante todo,
en dar más que en recibir.

Desarrollo Psico-físico

Se sabe que existe una estrecha relación entre la
actividad física y mental, en ambos sentidos, es decir,
cualquier cambio físico altera el aspecto mental y
vice-versa. El principio científico descubierto por W.
James postula que:

"por la imitación consciente de las actitudes
físicas o acciones que acompañan a ciertos estados
mentales, podemos, hasta cierto punto, inducir en nosotros tales
estados. Para estar contento, yérguete contento, mira en
torno alegremente y condúcete como si la alegría ya
te inundara. Para sentirte valiente, obra valiéntemente, y
es muy probable que la emoción del valor
reemplazará al sentimiento del miedo".

Considerando lo anterior, un medio efectivo para
alcanzar la relajación mental, es adquirir una adecuada
relajación física.

Relajación Física: La
relajación física es prácticamente el punto
de partida de casi todos los sistemas de control de los procesos
mentales. Dado que está estrechamente relacionada con la
relajación mental, no sólo tiene incidencia directa
en nuestra salud, a través de su acción
fisiológica en el aparato respiratorio, circulatorio,
estructura ósea, reflejos, sistema inmunológico, y
también, tiene influencia en los proceso
psicológicos, tales como, la concentración,
memoria, creatividad, percepción y, por último,
favorece la aparición de fenómenos
parapsicológicos (telepatía, clarividencia,
precognición).

La relajación física puede darse en dos
formas: relajación consciente e inconsciente.

  • Relajación Consciente: En general los
    métodos y procedimientos de relajación intentan
    fijar la atención local de partes del cuerpo,
    sugiriendo verbalmente la pesadez progresiva que
    acompaña tal estado. El individuo está
    plenamente consciente y siente como se va relajando y
    disminuyendo la tensión muscular en sus brazos,
    piernas, párpados, cuello, mandíbulas,
    respiración y demás músculos. Existen
    diversas técnicas de relajación, pero en
    general procuran que el sujeto adopte una posición
    moda y mediante verbalizaciones monótonas
    (inducidas o auto-inducidas) se intenta centrar la
    atención del sujeto en el proceso paulatino de
    relajación muscular, a veces ayudado de un
    procedimiento de conteo descendente. Por sobre todo, lo
    importante es que el sujeto vaya sintiendo las reacciones
    esperadas a medida que se profundiza su
    relajación.

  • Relajación Inconsciente: Este tipo se
    identifica con la etapa del sueño del sujeto, en donde
    él se encuentra inconsciente de su cuerpo y su
    metabolismo disminuye a un grado mínimo,
    permitiéndole regenerar su energía, de tal
    modo, de poder enfrentarse con vigor en las nuevas labores
    del día venidero. No es factible alcanzar un grado de
    relajación similar al de sueño natural con
    algún sistema artificial de relajación
    (consciente) por algún período prolongado de
    tiempo. De ahí, que el sueño no puede
    reemplazarse con otro tipo de relajación.

Relajación Mental: Si bien la
relajación física contribuye, en gran medida, a
alcanzar la relajación mental, importante papel juegan en
esta última los elementos psicológicos que adopte
el individuo. Entre ellos destacan los conceptos de la verdad y
el amor reseñados anteriormente, por la cual el individuo
que "vive" estos principios o valores morales adquiere una
actitud de serenidad de espíritu reflejada en una cierta
calma y por ende de relajación mental.

Desarrollo Intelectual

Uno de los rasgos distintivos del ser humano es la de
tener, a su disposición, un elevado grado de inteligencia
adecuada para la resolución de sus problemas cotidianos.
El proceso de razonamiento requiere de un nivel de
comprensión del objeto de análisis y solo es
posible integrando tres elementos que facilitan la actividad
intelectual: atención, silencio y memoria.

Atención: La atención es un proceso
selectivo de percepción, por la cual el individuo elige el
estímulo necesario para producirle una respuesta adecuada.
Sin embargo, tal elección puede presentarse consciente e
inconscientemente, voluntaria e involuntariamente.

  • Atención consciente: Es la
    percepción en un instante del tiempo de un
    estímulo que absorbe y concentra toda la actividad
    psico-física del sujeto. De ahí, que es
    importante, para tener una alta capacidad de atención,
    estar en posesión de un estado de relajación
    física y mental. La atención puede ser, a su
    vez, concentrada o dispersa, según sea uno o varios
    los estímulos que caen en el campo de atención
    consciente.

  • Atención inconsciente: Si bien en este
    caso no se dispone de un control "consciente" de la
    atención, también puede darse la
    atención inconsciente concentrada y dispersa, como
    sucede, por ejemplo, cuando la madre duerme y despierta al
    menor quejido de su bebé en la pieza contigua.
    También al despertar al amanecer ante la
    percepción (inconsciente) de claridad o ante la
    autosugestión de despertar a una hora
    predeterminada.

  • Atención voluntaria: La
    percepción selectiva voluntaria se orienta
    básicamente por efecto de las motivaciones del sujeto.
    Este fija su atención consciente sólo si el
    estímulo es suficientemente placentero a sus
    necesidades. Si el grado de placer disminuye, decae la
    atención voluntaria y se desvía la
    atención hacia otros estímulos de mayor
    excitación.

  • Atención involuntaria: Este tipo de
    atención es de carácter espontáneo y
    transitorio puesto que se está sujeto no a
    motivaciones profundas del individuo, sino que actúa
    como "interruptor" de la atención voluntaria y por lo
    tanto, desvía la percepción del estímulo
    en una fracción de tiempo por efecto de sobrepasar el
    umbral de excitación de la atención consciente
    voluntaria.

Silencio: Frente a la exigencia social de emitir
una opinión, el guardar silencio refleja cierto dominio de
sí mismo y de control de la situación. El silencio
acentúa las capacidades de atención consciente, de
relajación mental y física, y también
favorece el desarrollo eficiente de las actividades
intelectuales. Pareciera ser, que en el silencio, el campo de
percepción se ampliara, su memoria se acrecienta y se
está más cercano a los contenidos del inconsciente,
razones que favorecen la creatividad. En el silencio las ideas
maduran lo suficiente para germinar en nuevas ideas que favorecen
la resolución de problemas. El silencio es una actividad
asociada al individuo "pensador". Si bien el "hacedor" puede
"hacer" más cosas que aquel, habría que preguntarse
¿las hace bien?

El "maestro" emplea mucho del silencio y aprende y
enseña a través de él; habla lo necesario;
hace preguntas adecuadas, que a menudo parecen tontas; da su
ejemplo; estimula al iniciado a observarlo más que a
oírlo; con su silencio lo obliga necesariamente a pensar.
La actividad de pensar, entonces, conlleva inevitablemente al
proceso del silencio.

Memoria: El rol de la memoria es fundamental en
el aspecto intelectual. Retener y recordar información es
la base necesaria para efectuar un adecuado procesamiento de
ella, permitiendo obtener resultados eficientes frente a los
problemas que se le presenten. De ahí que, el sistema
educativo tradicional intenta desarrollar preferentemente este
aspecto de la conciencia.

Existen diversas técnicas de memorización
(nemotecnia). Sin embargo, algunos factores facilitan el
funcionamiento de la memoria. Entre ellos se destaca, en primer
término, el tener una fuerte motivación de lo que
deseamos recordar, dado que si algo no nos interesa, lo
olvidaremos rápida y fácilmente, haciéndonos
difícil su recuperación. La motivación
está ligada a la atención y vice-versa. Si algo nos
interesa (motivación), le prestamos atención y si
algo nos llama la atención, es señal que nos
interesamos en ello. Por otra parte, el estar libres de tensiones
(físicas y mentales) con una adecuada relajación
incrementamos la potencialidad de la memoria.

Desarrollo Emocional

Un aspecto crucial del desenvolvimiento del ser humano
es lo relativo a las emociones. Un individuo percibe su medio con
optimismo, mientras otro está sumido en pensamientos
negativos; uno tiene esperanzas en su porvenir, mientras otro
teme fracasar continuamente; uno le sonríe al mundo,
mientras otro vive en el mal humor. Ambos se retroalimentan en su
estado de ánimo, sin embargo, mientras uno estimula una
dinámica de acción y movimiento, el otro permanece
en un estado estático de pesimismo, desesperanza y mal
humor. De manera que es importante destacar las funciones que
cumplen estas emociones en el desarrollo personal.

Optimismo: Este es uno de los factores relevantes
de la filosofía del pensamiento positivo. Este sistema de
desarrollo personal se basa en la premisa de que si en el
individuo predomina este factor psicológico, implica que
se encuentran presente todos los elementos que favorecen la
obtención del éxito en sus actividades.

A menudo se olvida el significado del optimismo.
Más aún, paradojalmente se le atribuye que
contribuye al fracaso "por exceso de optimismo". Esta
situación es extremadamente perjudicial en la conducta del
individuo puesto que implicaría que de cualquier forma
fracasaremos y, por lo tanto, "no vale la pena" intentar
modificar y actuar en nuestro comportamiento. Quien reaccione
así, desconoce que es su pesimismo el que lo conduce a esa
situación de fracaso.

El optimismo lleva en sí un rasgo de esperanza de
un futuro positivo. El individuo optimista actúa con un
sentido de amplitud de miras frente a algún eventual
fracaso transitorio, visualizándolo tan solo como un
impedimento que, seguramente, contribuirá a maximizar un
beneficio futuro, no perceptible en el presente. Esta estructura
del pensamiento le permite continuar y perseverar en su
acción hacia el logro de su objetivo. No ocurre así
con el pesimista, quien a la menor señal de un eventual
fracaso, se resiste a seguir intentando modificar su
situación mediante su participación activa en su
"proyecto".

Esperanza: La esperanza es la fuerza generadora
que ha participado en el desarrollo de la humanidad. La esperanza
ha llevado al hombre a la Luna; con ella descubrió
continentes y océanos, montañas y abismos; permite
descubrir e inventar; da salud y vida; en fin, participa en la
realización de actividades de variada
índole.

A pesar de que generalmente se asocia a situaciones
positivas, también es motivadora de experiencias negativas
cuando el individuo teme y espera sucedan situaciones que atentan
a su desarrollo personal.

Una vez definida la meta, el individuo deberá
mantener con rigurosidad la esperanza de llegar a alcanzar dicho
objetivo, debiendo sostenerla con perseverancia, paciencia y
voluntad.

Buen humor: La capacidad de tomar el buen lado de
las cosas es un mecanismo que, directa e indirectamente,
está relacionado con los procesos de relajación,
del optimismo y la esperanza. No es posible estar de buen humor
si no se está relajado; tampoco si nos falta optimismo;
por último, abandonados y sin esperanzas estaremos
tristes.

Se reconoce la influencia del buen humor en el
funcionamiento del organismo. Favorece las funciones digestivas,
respiratorias, circulatorias y musculares. Además, en
alguna medida, acelera los procesos de curación,
seguramente afectando el sistema inmunológico del
organismo.

No debe confundirse el buen humor (o humor sano) con
tipos de humor despectivo, grosero e hiriente. Estos
últimos provocan directamente una animadversión de
quienes son sujetos de risión; indirectamente para el
humorista se crea un efecto negativo para el mismo que, tarde o
temprano, se manifestará en su comportamiento u organismo
(salud, memoria, emociones, etc.). Recordemos que "nada se borra
jamás y que nuestro organismo lo integran la mente y
cuerpo interrelacionados. La mente, a su vez, se subdivide en un
compartimiento consciente y un vasto inconsciente. El
óptimo funcionamiento del organismo se da en el equilibrio
entre mente y cuerpo y entre consciente e inconsciente. Sucede
que, cuando el "humorista" conscientemente se ríe de su
broma hiriente, su inconsciente (conciencia moral) deplora esa
conducta, dejando huella imborrable en su memoria inconsciente,
que puede manifestarse posteriormente en un efecto negativo para
él, como una forma de auto-castigo inconsciente. De
ahí, que se dice, que no podemos engañarnos a
nosotros mismos. Autoridades en la materia señalan que el
individuo en las profundidades interiores está dotado de
cualidades positivas: bondad, creatividad, honestidad, verdad,
etc.

Desarrollo Conductual

La psicología estudia el comportamiento del
individuo y su manifestación en su medio. De ahí,
la importancia de estudiar la conducta y los factores que inciden
en ella. Podría definirse a la conducta como la respuesta
efectuada por el sujeto frente a un estímulo determinado.
Los factores que favorecen determinada respuesta pueden dividirse
en tres componentes básicos que orientan y dirigen el
sentido de la conducta: voluntad, independencia y
motivación para actuar.

Voluntad: Casi en todos los aspectos de la vida
podemos ser ayudados por otras personas. Sin embargo, no ocurre
así con la voluntad. El individuo debe hacerlo por
sí mismo y no se le puede forzar a actuar de tal o cual
forma, si el sujeto no tiene voluntad para ello.

La voluntad es una de las mayores fuerzas motivadoras de
la conducta del individuo. Desarrollar una firme voluntad
requiere necesariamente del ejercicio continuo de acciones que
presenten un grado de esfuerzo y dificultad en su
realización. Por lo tanto, ser voluntarioso es un gran
paso para alcanzar las metas propuestas, puesto que con
perseverancia y paciencia el individuo saldrá
adelante.

En la formación de los hábitos, la
voluntad actúa durante el proceso de fijación del
hábito, pero una vez establecido éste, ya no existe
la voluntad de atención consciente, sino que esta se hace
automática, inconsciente, exenta de esfuerzo voluntario
alguno y, por lo tanto, será necesario iniciar nuevas
actividades para ejercitar la voluntad, que requieran un esfuerzo
prolongado. W. James, aconsejaba a sus amigos a que tratasen
siempre de hacer algo nuevo: escribir un libro, cruzar el
océano, ensayar una nueva ocupación, cambiar la
rutina cotidiana. Estas actividades inusuales desarrollan, a su
vez, la percepción y los procesos de atención y
concentración voluntaria consciente.

De esa forma, la voluntad solo se desarrolla en el
proceso del cambio de actividades y no en situaciones rutinarias
y habituales, que no requieren de un grado de esfuerzo
físico o mental prolongado.

Llevar a cabo nuevas actividades hace necesario
también disponer de un gran sentido de independencia, que
permita cierto grado de libertad para actuar en ellas.

Independencia: Para que se desarrolle el
individuo, es necesario un período de aprendizaje, durante
el cual se experimente un proceso gradual de evolución de
la conciencia de independencia manifestada en sus percepciones,
pensamientos y acciones. En esta línea, el hombre, a
medida que crece, se vuelve cada vez más independiente de
su entorno social; busca el desapego; desarrolla su iniciativa y
creatividad; piensa y actúa por sí y para sí
mismo; programa y orienta su propio camino, para bien o para mal,
pero sí, con independencia de criterios
facilitándole con ello enfrentar y resolver los problemas
con nuevos enfoques y perspectivas.

No debe confundirse la independencia con el
individualismo. En este último, se vive y actúa
para sí y solo consigo mismo; en cambio en la
independencia, el individuo estando relacionado con otras
personas, integra sus propias percepciones, pensamientos y
acciones hacia el objetivo común del grupo al que
pertenece, conservando eso sí, la libertad de expresar o
no su opinión en su grupo de
participación.

Hemos visto que la independencia favorece el desarrollo
de la voluntad. Sin embargo, el elemento que la mantiene activa y
refuerza nuestro comportamiento hacia un objetivo prefijado, es
la motivación.

Motivación: Dentro de los factores del
desarrollo personal se ha dejado para el final a esta facultad.
Esto no quiere decir que sea de menor importancia que los otros
elementos.

Una de las características básicas de la
motivación, es la facultad de concentrar todos los
esfuerzos del individuo hacia el logro de una meta. Mientras
mayor sea la satisfacción de esa necesidad (meta) mayor
será la motivación que oriente el comportamiento
del sujeto. De ahí, que la fijación de metas
pareciera ser un medio de ejercitar la motivación. Sin
embargo, para un desarrollo personal adecuado es necesario
evolucionar desde las metas materiales hacia las espirituales o,
desde otro punto de vista, desde las metas transitorias hacia las
perdurables.[2]

Sexto paso:
¿es la meditación un proceso del
vivir?

Claudio Naranjo nos lleva a descubrir:

"que la meditación, en sí misma, no es
algo totalmente separado o diferente de otras cosas; que
más allá de las múltiples formas de
meditación, entre ellas existe una unidad de
espíritu común; que las diversas técnicas de
meditación se pueden agrupar de acuerdo a sus
características psicológicas." Además agrega
que "para un meditador que tenga la actitud correcta, toda la
vida es meditación o, dicho de otro modo, meditar es
vivir."

Para tener una mayor comprensión del proceso de
desarrollo y crecimiento integral de la conciencia, es necesario
descubrir la meditación en cada una de nuestras
actividades en las cuales tiene participación los
componentes de la conciencia: percepción,
imaginación, concentración, memoria, emociones y
voluntad.

  • Meditación es percepción:
    Percibir es recibir información mediante los
    órganos de los sentidos. La percepción sin el
    concurso del pensamiento requiere de una adecuada
    educación que permita excluir cualquier experiencia
    sensorial anterior que pudiese incidir en la
    apreciación objetiva del fenómeno observado,
    dada la facilidad en la producción de falsas
    percepciones provocadas por distracciones, prejuicios o
    emociones. De ahí, la importancia de "entrenar" los
    órganos sensoriales para la aprehensión real de
    los hechos, sin estar bloqueado por los pensamientos
    erróneos. Con esto se trata de lograr un estado de
    receptividad pura de los sentidos, lo cual contribuye a
    agilizar y desarrollar los órganos y funciones
    sensoriales, de tal modo, que con ello se logre ver, oir,
    tocar y saborear lo "real".

La conciencia históricamente se inició con
un acto de percepción sensorial puro, no existiendo
obstáculos que dificulten la aprehensión de la
información. Los infantes tienden a asociar los sonidos
percibidos sin el concurso del pensamiento, sino que se
establecen relaciones de las imágenes visuales y sonoras,
educando paralelamente los mecanismos del habla al balbucear los
estímulos verbales que escucha.

La percepción sensorial requiere de un
período de aprendizaje, de atención y conocimiento
en el que mediante asociaciones adecuadas de imágenes
mentales, podrá identificarse en forma precisa el
estímulo percibido, formándose un "reflejo
asociativo" cada vez que vuelva a percibir el mismo
estímulo, provocando la misma respuesta
imaginaria.

Por otra parte, la imagen sensorial puede "reproducir
y/o anular los estímulos sensoriales, situación que
puede ocurrir cuando se experimenta, por ejemplo, una
visión, sonido u olor inexistente o también no
percibir estímulos reales, por estar concentrado en algo
que absorbe toda su atención.

Dado que en toda percepción juega un papel
importante la experiencia anterior y la memoria de los sucesos,
es fundamental ejercitar esta última facultad.

La percepción puede ser consciente o
subconsciente. En esta, se expresan los efectos de la publicidad,
sueño ligero, percepción fuera del campo
visual-auditivo, etc.

La percepción consciente requiere para su
captación y aprehensión del estímulo
(luminoso, auditivo, etc.), de un umbral mínimo de
excitación de los órganos sensoriales. De
ahí que, para efectuar una correcta identificación
e interpretación de los estímulos, los
órganos sensoriales deberán estar en perfecto
funcionamiento.

Como una forma de facilitar la percepción, es
importante tener presente algunos factores que la favorecen: un
mecanismo de enfoque de atención (concentración) y
una actitud de expectación o anticipación de la
percepción (imaginación y memoria), elementos
analizados más adelante.

Al igual que en los niños, el proceso de
aprendizaje y educación de la conciencia debiera iniciarse
con una ejercitación y desarrollo de la percepción
pura.

La percepción pura contribuye a restablecer la
energía nerviosa puesto que el cerebro descansa ante la
ausencia del pensamiento e imaginación. De ahí que
el Dr. Paul Chauchard sostiene que la percepción sensorial
regulariza y estimula las funciones del cerebro regenerando las
células cerebrales.

Observar como niños (sin recuerdos ni
experiencias asociadas) excluyendo la participación del
pensamiento contribuye a facilitar la relajación mental
necesaria al desarrollo de la conciencia, controlar los
pensamientos conscientemente, incentivar la concentración,
amplificar la imaginación y memoria ayudando a formar un
criterio objetivo y realista.

  • Meditación es imaginación: El
    principio de toda creación está en una
    imaginación de los deseos, planes y programas de
    acción. Ella colabora en la fijación de
    objetivos, esperar resultados, obtención de recursos y
    todo el proceso que encierra el control de las actividades
    creativas.

Para sacarle mayor partido a la imaginación y que
cumpla efectivamente su rol creador, no debe darse suficiente
atención al problema a resolver, sino que una vez conocido
este último, inmediatamente centrar la imaginación
en el objetivo buscado. Recordad la ley del comportamiento que
dice: "si se pone en conflicto la voluntad y la
imaginación, esta última será la
determinante del resultado obtenido". Esta situación se
puede ilustrar con los ejemplos siguientes: dificultad de
modificar hábitos invocando para ello la voluntad de
cambiar; querer conciliar el sueño, recordar un nombre o
vencer la timidez.

Los hábitos pueden cambiarse empleando
preferentemente la imaginación antes que la voluntad, de
por sí, menoscabada en el sujeto sometido al vicio.
Deberá hacerse siempre hincapié en el logro del
objetivo antes que en el rechazo del problema con secuencias de
asociaciones mentales adecuadas, en términos positivos.
Por ejemplo, si se desea la reducción de peso, las
imágenes asociadas deberían estar orientadas en los
siguientes términos: ¡Llegaré a ser esbelto!
Antes que ¡Bajaré de peso! En la cual se
estaría reforzando consciente o inconscientemente la
imagen de sobrepeso. Por ello es primordial cuidar sobremanera el
lenguaje empleado, así como las imágenes
visualizadas, las cuales pueden producir el efecto contrario al
que deseamos obtener.

Respecto de la dificultad de dormir, el insomne que haga
esfuerzos (voluntarios) por rendirse al sueño, no
hará más que dificultar la tarea por la
tensión correspondiente y mientras más sea su
intención, menos probable será el quedarse dormido.
En cambio, si se relaja físicamente y emplea su
imaginación asociando visiones de calma, excluyendo el
esfuerzo excesivo de concentración de la atención,
favorecerá la relajación mental necesaria para
dormir.

La timidez (de múltiples variedades) puede
salvarse o al menos aminorarse mediante una adecuada
imaginación. Sin embargo, a veces ocurre que la misma
imaginación (mal empleada) incrementa la ansiedad y el
temor, por ejemplo, al disertar en público el expositor
visualiza tal acción, provocándole palpitaciones,
problemas respiratorios y ansiedad como si se encontrara ya
frente a su audiencia. Todas estas actitudes anticipan su
realización volviéndose a presentar durante la
exposición. Una forma de enfrentar este suceso, es
imaginando propósitos positivos, no utilizándola
para la "eliminación del problema".

Recordar algún tema, fecha o nombre de alguien
puede ser en ocasiones de gran dificultad. Fuera del hecho de que
se puede mejorar y desarrollar la memoria, en este caso estamos
ante una situación en que se quiere recordar algo y no
logra hacerlo voluntariamente, lo que induce o motiva una gran
tensión, ansiedad y persistencia en recuperar lo olvidado,
provocando con esto, la inhibición de la memoria. Se
recomienda, entonces, olvidar el "intento de recordar", relajarse
y enfocar la atención en otras actividades totalmente
distintas. Posiblemente, al cabo de un momento inesperado aflore
a la conciencia el recuerdo pues debemos tener presente que si
bien nuestra conciencia no ha sido capaz de "recuperar la
memoria", el subconsciente continúa su trabajo y es capaz
de "recuperar la memoria", el subconsciente continúa su
trabajo y es capaz de proporcionarnos la información
requerida, aunque seguramente exista alguna razón
(conocida o no) del por qué del olvido.

Es fundamental asociar la imaginación con la
voluntad, hecho que contribuirá a crearle seguridad y
autoconfianza en la realización de sus proyectos.
Determinar qué es lo que se quiere lograr y establecer
enseguida asociaciones mentales adecuadas a ese objetivo.
Así tenemos que la imaginación cumple el rol de
anticipar (expectativa) el resultado buscado, comprobando que es
más fácil obtener éxito imaginando estar en
posesión del objetivo que imaginar el rechazo del
problema. Entonces, en cualquier actividad creadora debemos
imaginar su plena realización. El arquitecto, el
investigador, el artista, visualizan mentalmente el edificio, el
descubrimiento y la obra de arte, metas de cada uno de
ellos.

Para emplear eficazmente la imaginación, es
conveniente previamente delimitar bien el problema (numerosas
veces desconocido, mal enfocado o incomprendido), para poder
plantearse correctamente el objetivo a seguir, y por
último, crear las soluciones adecuadas.

La imaginación tiene profunda incidencia tanto en
las actividades sensoriales como en las motrices. Por ejemplo, la
concentración de la atención en una idea o en un
texto interesante, produce simultáneamente una
extinción de la percepción consciente del entorno.
También el temor a un estímulo determinado (perro)
provoca una respuesta motora (correr).

Sin embargo, para obtener repuestas sensoriales y/o
motrices se requiere la participación de la memoria, que
permite mediante la comparación de experiencias anteriores
(propias o de otros), imaginar la respuesta adecuada a
estímulos similares.

Es necesario señalar el papel que cumple para los
individuos el significado de los símbolos y que pueden ser
diferentes para cada uno de ellos dada la diversidad de
experiencias, educación, cultura, creencias, emociones,
etc. Las palabras emitidas pueden ser mal interpretadas
más allá de su significado literal, según
sea la entonación, gestos, calma, confianza, duda, estado
emotivo, motivación que acompañe su emisión,
situación que dificulta la comprensión del mensaje
de la realidad.

En el caso de las autoafirmaciones, el individuo
aceptará el significado de las palabras que el mismo les
asigne, debiendo prestar atención al contenido de ellas,
además de su forma positiva de expresión, en tono
directo con frases cortas y precisas, asociándoles
imágenes adecuadas ayudándose así en la
memorización y concentración de la
atención.

  • Meditación es concentración:
    Todo proceso de concentración involucra enfocar la
    atención en un hecho determinado u objeto
    específico (figura) con exclusión del campo de
    atención consciente de aquellos estímulos que
    están fuera de nuestro centro de interés
    (fondo). Por lo tanto, la concentración provoca
    simultáneamente dos estados de conciencia: uno de
    plena atención y claridad de la percepción y
    otro que cae bajo el nivel de conciencia,
    presentándose vagos e imprecisos los estímulos.
    Es la actitud del sabio absorto en su problema y totalmente
    distraído de su entorno.

Por otra parte, la atención puede orientarse
hacia una multiplicidad de estímulos, presentándose
un tipo de atención dispersa (ejemplo es la visión
periférica). En este caso, la concentración se
enfoca expectante hacia la probabilidad de ocurrencia de un
acontecimiento futuro. En la concentración la
atención se enfoca hacia un hecho presente necesaria para
un análisis en profundidad de los problemas.

Lograr la concentración, es quizá el medio
más eficaz de alcanzar las metas y objetivos y es una
característica de los genios, tener una gran capacidad
innata o adquirida de concentración en una misma idea
durante prolongados períodos.

El trabajo cotidiano nos brinda la oportunidad de educar
y desarrollar la concentración. El hábito
permanente del trabajo con verdadera dedicación,
absorción y preocupación por el mismo, ignorando
toda dispersión, ajena a tal labor contribuye a forjar una
voluntad fuerte, una confianza y seguridad en sí mismo,
proporcionando un medio en el cual ejercitemos la energía
creadora para la resolución de los problemas
cotidianos.

La concentración implica conocimiento preciso de
lo que se quiere obtener. De ahí que, muchas veces por
falta de comprensión de las finalidades perseguidas en una
actividad cualquiera, motiva la dispersión de la
atención con el consiguiente fracaso en la solución
de un problema.

Para que en el trabajo la concentración tenga un
efecto positivo en la formación de la voluntad, es
necesario que la motivación o impulso a realizar las
labores asignadas, sean más bien de carácter
netamente morales ante que materiales. El deseo de conocer,
desarrollar la creatividad y productividad, lograr metas de
producción, desear el desarrollo personal y social son
fines totalmente distintos de las motivaciones materiales: renta,
beneficios contractuales, poder, relaciones sociales, ambiente de
trabajo, etc.

Generalmente la facultad de concentración se
presenta en los individuos de fértil imaginación y
está íntimamente relacionada con la
percepción sensorial. Entonces, cuando se efectúan
ejercicios de entrenamiento de la percepción e
imaginación, directa o indirectamente se está
reforzando la actividad de concentración.

  • Meditación es memoria: Se puede
    considerar a la memoria como una de las principales funciones
    de los procesos mentales, en la que se almacenan y recuerdan
    todas las percepciones (conscientes e inconscientes),
    pensamientos y experiencias en que se involucra la persona.
    Constituye un mecanismo esencial para el aprendizaje de
    cualquier actividad física e intelectual, puesto que
    permite efectuar los trenes de asociaciones adecuadas para
    recobrar la información, como también,
    establecer las relaciones y comparaciones con las
    percepciones sensoriales.

Los hábitos físicos y de pensamiento
adquiridos por la repetición continua son parte de la
memoria, iniciándose con la intervención voluntaria
esforzada, llegando a transformarse en mecanismos (reflejos)
condicionados, sin participación consciente en ellos. Sin
embargo, la conciencia permite ubicar los recuerdos en el pasado,
diferenciándolos de las percepciones presentes. De
ahí que, a la memoria se le conoce como "la facultad de
conservar, reproducir y reconocer las imágenes verbales,
motrices y visuales". Por esto, se considera que todo acto de
inspiración, creatividad e imaginación no es
más que el resultado de la facultad de la memoria que
mediante asociaciones, combinaciones, comparaciones y relaciones
inconscientes, motiva fijar la atención concentrada hacia
un determinado objeto.

Por otra parte, además olvidamos porque queremos
y debemos olvidar. El aprendizaje exige, paradojalmente, que
olvidemos, es decir, dejemos libre a nuestra conciencia para
recibir nuevas experiencias y conocimientos. Para que la
información sea plenamente recordada y recuperada por la
memoria debe efectuarse el proceso memoria-olvido-memoria con
absoluta comprensión del material de estudio,
repetición de él, relación y
asociación con temas afines, repasos periódicos y
una adecuada dosis de confianza en la memoria propia,
situaciones, todas ellas, que contribuyen a favorecer y agilizar
esta capacidad intelectual.

El temor, la ansiedad, el esfuerzo voluntario por
recordar algo, inhiben o retardan el proceso de
memorización dado que son elementos que paralizan la
imaginación (fuente de memoria). Recordemos la ley de la
concentración de la atención: "si la
imaginación y la voluntad se contraponen, la
imaginación siempre es la vencedora". Por esto se
recomienda, en tales situaciones, intentar relajarse y cambiar el
enfoque de atención hacia otro tema o actividad;
probablemente, luego se recuerde cuando no se esté
pensando conscientemente en ello.

Así como la percepción es selectiva,
también la memoria registra y acumula solo parcialmente
los estímulos y varía según la
predisposición, interés, grado de atención,
etc. Sin embargo, el hecho de no enfocar la atención
consciente en un estímulo determinado puede significar que
con posterioridad se presente este "recuerdo inconsciente" como
un hecho creado por nosotros mismos, cuando en realidad ya lo
habíamos percibido de alguna forma.

Existen diversos procedimientos nemotécnicos para
memorizar, que emplean distintas variantes de asociaciones
mentales de palabras o grupos de palabras, comparaciones
ridículas, combinaciones alfanuméricos,
etc.

Por ejemplo:

Partes: 1, 2, 3
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